¿Qué aprendizaje podemos sacar del cuento de la rana y el caldero si hablamos de gestión empresarial?
El síndrome de la Rana y el Caldero: Lecciones para tu clínica veterinaria
Hoy os traigo un pequeño cuento. En Gestión Empresarial se denomina el Sindrome de la Rana Hervida
Érase una vez una rana feliz. Un día, saltó a una olla de agua hirviendo. Al mínimo contacto con el agua a tan alta temperatura, utilizó sus palmas para saltar fuera de tan peligroso contacto. Sin embargo, otro día, esa misma olla estaba llena de agua fría. La rana saltó dentro y nadó tranquila por el agua de la olla. Estaba alegre en esa 'piscina' improvisada.
Lo que la rana no sabía, es que el agua se iba calentando poco a poco. Así que al poco tiempo, el agua fría se transformó en agua templada. Pero la rana se fue acostumbrando, allí seguía, nadando plácidamente en ella. La temperatura fue subiendo. El agua llegó a estar tan caliente, que la rana, cuando se dió cuenta del peligro y quiso salir de la olla, descubrió horrorizada que no le respondían los músculos. Desesperada al no poder escapar, murió hervida.
¿Qué aprendizaje podemos sacar de este cuento infantil?
Aunque se ha demostrado cientificamente que es falso, la rana intentará saltar, es evidente que podemos extraer alguna enseñanza. Vamos a cambiar la rana por vuestra clínica veterinaria y el caldero por el entorno competitivo. Es raro que una clinica veterinaria quiebre de golpe. Lo más frecuente es ir perdiendo los clientes poco a poco. Algunos se irán a otras clinicas que les ofrezcan algo que tú no les das. Los pacientes que llevan muchos años contigo irán falleciendo. Los nuevos clientes serán algo menos de los que pierdes y poco a poco tu base de clientes activos disminuirá. Igual solo bajas tus ingresos un 5 % ese año. Puede que lo compenses con una subidad de precios o con algún servicio nuevo que pongas en marcha. Parece un pequeño bache, pero tu sigues pudiendo funcionar. Asi, poco a poco, el agua va subiendo de temperatura. Quizá se tarde 4 o 5 años en llegar a ese punto critico que te obligue al cierre. Igual tuviste que despedir ya a alguien de tu equipo. Si fuiste muy torpe, entraste en un punto de no retorno y acumulastes muchas deudas antes del cierre definitivo.
Lo que es una realidad es que la temperatura del agua está subiendo. Puede que sean las grandes corporaciones las que hagan pupa a tu necogocio. O puede que sean los seguros que está entrando a buscar tajada de la tarta de los servicios veterinarios. Quizá sea la situación de la economía. O problemas para reponer el personal para tu centro. La cuestión es que la temperatura del agua está subiendo (entorno cada vez más hostil) para las clínicas independientes, seas o no consciente de ello.
La moraleja del cuento es que hay que ser críticos con lo que ocurre e intentar adelantarnos a los acontecimientos. En muchas ocasiones, a los veterinarios dueños de clínicas, lo urgente les impide hacer lo importante. Y lo importante es mirar los Kpis de la clínica para saber como va evolucionando tu negocio. Con esa información debes implantar acciones que hagan crecer la clínica más allá de las inercias que existan. Es así de simple el diagnóstico, pero mucho más complejo el tratamiento.
Si eres dueño de una clínica veterinaria independiente, debes saber que hay soluciones. Una de ellas es asociarte a CLINICAS VETERINARIAS WECAN. Si haces clic en el enlace puede ver algunas de las ventajas que te aporta estar asociado. Será, posiblemente, la inversion más rentable que puedas hacer para tu clínica veterinaria. Que a tu clínica no le pase como a la rana. Ponte en marcha. Mira al futuro.